Introducción
La arquitectura es una disciplina con una larga tradición de la que podemos aprender mucho. Es una ciencia en continua evolución y, como tal, se encuentra en constante cambio y debate. Hay muchas corrientes que han influido en la arquitectura, pero en este artículo queremos centrarnos en una en particular: el formalismo arquitectónico.
¿Qué es el formalismo arquitectónico?
El formalismo arquitectónico es una corriente que se centra en la forma de los edificios, en cómo se ven y cómo se construyen. Esta corriente surge a fines del siglo XIX, como una respuesta a la arquitectura historicista que había predominado hasta ese momento. Mientras que el historicismo se centraba en recrear las formas y estilos del pasado, el formalismo arquitectónico buscaba la innovación y la originalidad.
En términos generales, el formalismo se preocupa por la forma intrínseca de los edificios y la relación que esta tiene con su entorno. Parte del supuesto de que la forma sigue a la función, es decir, que los edificios deben ser diseñados en función de su uso, pero también deben ser bellos y armoniosos.
Características del formalismo arquitectónico
El formalismo arquitectónico se caracteriza por la atención que se presta a la forma del edificio, como ya mencionamos. Pero existen otras particularidades. A continuación, algunas de las más significativas:
– La experimentación: los formalistas son muy dados a experimentar con formas nuevas y poco convencionales. Esto les valió muchas críticas, pero también muchos seguidores.
– La simplificación: los formalistas tienden a simplificar las formas y reducirlas a su esencia. Esto les permite enfocarse en la estética y en la relación que la forma tiene con el espacio que la rodea.
– El uso de materiales modernos: los formalistas eran partidarios del uso de materiales modernos, como el acero y el vidrio, que les permitían crear formas nuevas que antes no eran posibles.
Arquitectos famosos del formalismo
Algunos de los arquitectos más destacados del formalismo arquitectónico son:
– Le Corbusier: el arquitecto suizo-francés fue uno de los grandes referentes del formalismo. Sus obras son conocidas por su simplicidad y por el uso del color blanco.
– Ludwig Mies van der Rohe: el arquitecto alemán es otro de los grandes exponentes del formalismo. Su obra más conocida es el pabellón alemán en la exposición internacional de Barcelona de 1929.
– Walter Gropius: el fundador de la Bauhaus también creía en la simplicidad y en el minimalismo, dos características del formalismo.
Críticas al formalismo arquitectónico
El formalismo arquitectónico también ha sido objeto de críticas. Una de las principales es que la preocupación por la forma puede llevar a la creación de edificios que son difíciles de habitar o que no responden a las necesidades de los usuarios. Otra es que la atención al aspecto estético puede llevar a olvidar la funcionalidad del edificio.
Por otro lado, algunos críticos señalan que el formalismo estaba muy alejado de las necesidades de las personas y que se centraba en satisfacer los gustos de una élite que no representaba a la mayoría.
Conclusiones
El formalismo arquitectónico fue una corriente importante en la historia de la arquitectura y dejó una huella indeleble en el mundo de la construcción. Aunque no estuvo exento de críticas y polémicas, su apuesta por la innovación y la originalidad mantienen su relevancia en la actualidad. La arquitectura contemporánea sigue experimentando con las formas y buscando nuevas soluciones para crear edificios que sean a la vez funcionales y estéticamente innovadores.